Si te apasiona la emergencia, seas profesional, voluntario o sientas inquietud o curiosidad por estas cuestiones, este es tu blog. Me agrada que estés aquí y te doy la bienvenida.
Realiza tus comentarios libremente, por favor. Si tienes dudas en materia de emergencias y prevención y está en mi mano, estaré encantado de resolverlas.
Puedes escribir a elcuadernodeemergencias@gmail.com
Con éste tercer artículo, finaliza la serie «EL ESTADO CON LOS PIES DE BARRO». Si no has leído los anteriores, te invito a hacerlo aquí y aquí para seguir mejor el hilo. Muchas gracias.
A MODO DE JUICIO CRITICO Y DE CONCLUSIÓN
PRIMERO-El episodio de lluvias torrenciales del 29 de octubre de 2024, debería haber sido a mi entender, clasificado indubitadamente como Emergencia de Interés Nacional, (la llamada SITUACIÓN OPERATIVA 3, en el idioma de Protección Civil), desde el Ministerio del Interior.
Ello desde el mismo instante en que la Agencia Española de Meteorología marcó hasta cinco comunidades autónomas con riesgo extremo (Rojo) y naranja (riesgo muy importante y emitió diversos avisos por lluvias torrenciales.
El día 29 como riesgo añadido y determinante se añadió la posibilidad de rotura de la presa de La Forata con lo que ello podía comportar cauce abajo.
Se registraron además fallecidos y desaparecidos en tres comunidades autónomas diferentes y hubo cuantiosos daños materiales a viviendas e infraestructuras en cinco comunidades autónomas.
SEGUNDO-También pudo el Gobierno declarar perfectamente el Estado de Alarma por darse los supuestos previstos en la Ley que lo regula
Ambas acciones previstas en el ordenamiento jurídico, hubieran significado que el Gobierno Central asumía el mando y la coordinación de todos los esfuerzos.
Eso no significa pisotear a nadie como han dicho altos cargos públicos que se inhibieron en la emergencia por DANA. A la práctica, el Gobierno central, en concreto el Ministerio del Interior a través de su Dirección General de Protección Civil, seguirá operando recursos autonómicos de la C. Autónoma afectada, reforzados con recursos gubernamentales y de otras C. Autónomas y otros países, si se precisan .
LAS PREGUNTAS QUE ME HAGO YO Y QUE LES TRASLADO A UDS.
¿El CECOPI, cuando se decide por fin a lanzar la alerta a los móviles a través del sistema ES-Alert no sabía que a esas horas había ya pueblos absolutamente anegados?
¿Cómo es posible que no lo supiera?;¿es que no hay servicios de emergencia, bomberos, policías locales ni alcaldes que alerten al CECOPI de lo que está ocurriendo?
¿Es que en el CECOPI no están conectados a la SALA del 112?,
¿Es que en el CECOPI, nadie mira en las pantallas el número de alertas activas que están entrando vía teléfono de emergencias 112, su casuística, localización y demora en ser atendidas?
¿Es que nadie en la SALA del 112, tiene lo que hay que tener para llamar/entrar al CECOPI y decirles lo que está pasando?
Que la gente está muriendo, arrastrada por los cauces o sumergida en los bajos de los edificios y en algunos párquines subterráneos.
Supongamos que el CECOPI, NO sabía lo que estaba ocurriendo en los pueblos cauce abajo. ¿Entonces qué puñetas estaban coordinando sin datos?
Por contra si el CECOPI sabía lo que estaba ocurriendo en las calles y carreteras:
¿A qué demonios estaban esperando para lanzar las alertas a los móviles, hacer evacuar a la población y/o que se refugiase en lugares elevados?.
¿Por qué observando la dimensión que estaba adquiriendo la catástrofe, NO se pidió inmediatamente la elevación al Ministerio del Interior del nivel de situación operativa 2 a situación operativa 3 (Atención al art.7 estructura y contenido, Operatividad del Plan) para que el Gobierno y todos los recursos gubernamentales de socorro, reforzara los medios de la Comunidad Valenciana y asumiera la responsabilidad que le compete en esa situación operativa?
¿La Delegación del Gobierno y el CECOPI tienen algún protocolo formal de comunicación de emergencia para compartir todos los datos y coordinar los esfuerzos de socorro o están al albur y las ganas de los políticos de turno?
Les contare una cosa de los Centros Coordinadores de Emergencia.
TODOS los Centros Coordinadores de Emergencias del mundo son ciegos. Todos, créanme. Acumulan estadísticas, casuística, informes, modelos, estudios, protocolos operacionales, etc.
Pero para tomar decisiones operativas, no basta tan solo eso sumado al criterio de los expertos.
Para tomar decisiones, para pulsar lo que está pasando realmente y adelantar las necesidades actuales y futuras de la emergencia, los expertos en Gestión de Emergencias, están en manos de sensores de lo que está ocurriendo en la calle.
ESA ES LA ÚNICA REALIDAD VÁLIDA EN UNA EMERGENCIA.
Los sensores principales, están precisamente la SALA del 112 que es dónde se recibe todo tipo de demandas de auxilio y desde allí se canalizan al servicio que corresponda.
Ese es el VERDADERO termómetro de la gravedad de la emergencia.
Los «pantallazos» (es argot) de las demandas de socorro que cuando el sistema se satura, plagan de puntos rojos (alertas activas) que se superponen geográficamente sobre el plano. Son las demandas de auxilio requeridas por los ciudadanos.
Además, en el 112, se recibe información de las unidades desplegadas en cada incidente en tiempo real.
Por lo tanto, sin manejar todos esos datos capitales, me es del todo imposible saber a día de hoy qué demonios intentaban decidir en el CECOPI.
Toda la suma de inacciones y despropósitos que he ido relacionando, generó una terrible situación atroz de caos y de abandono a su suerte a los ciudadanos frente a la emergencia.
Ignoro los motivos exactos de como los componentes de un centro de Coordinación de Emergencias pudieron operar con tanta dosis de incompetencia e incapacidad.
VALORACIÓN OPERATIVA
EL CECOPI
Las personas presentes en el CECOPI NO fueron capaces de coordinar la emergencia de manera diligente y eficaz en ningún momento. Desde la mañana del del día 29/10/24, alrededor de las 10:30h la situación era crítica en muchos lugares
Los mensajes de alerta a la población que podían haber salvado muchas vidas, llegaron tarde y mal especificados.
Tampoco las Autoridades Autonómicas, viéndose muy superados por las circunstancias en su capacidades, acertaron a requerir al Gobierno el paso de una SITUACIÓN OPERATIVA DE NIVEL 2 a una SITUACIÓN OPERATIVA DE NIVEL- 3. Sigue este link en el que los periodistas de Civio te lo explican muy bien explicado.
Tal vez el asesoramiento y criterio de los niveles técnicos no fueron los adecuados a la gravedad de las circunstancias y la situación generada. Probablemente todo le venía muy grande al poder ejecutivo valenciano y a los cargos técnicos responsables de gestionar la emergencia.
Creo que deben exponer, políticos y técnicos responsables, sus motivos para explicar toda su penosa actuación.
Teniendo información suficiente, procedente de la Delegación del Gobierno, la UME, la Confederación Hidrográfica del Júcar, la Agencia Española de Meteorología, la Guardia Civil, Policía Nacional, Carreteras del Estado y otros organismos gubernamentales y observando el colapso y la inacción del CECOPI de la Generalitat Valenciana y teniendo también la capacidad legal y la obligación de tomar las riendas de la situación, se inhibió ante la emergencia y no lo hizo.
LA UME.
La primera intervención de la UME en la emergencia que nos ocupa fue preocupantemente dubitativa y tímida por escasa y errática. La legislación y los protocolos internos de la Unidad Militar de Emergencias -ver art.4.3: Actuaciones Operativas-, permiten a su general en jefe actuar con todos los medios humanos y materiales en una emergencia.
Dice el art.4.3 de los protocolos de la UME «en situaciones de estado de necesidad, causas sobrevenidas, imprevistas o de extrema gravedad, el jefe de la UME podrá ordenar la intervención de sus Unidades, dando cuenta de ello al titular del Departamento» (es literal).
¿Por qué el General al mando de la UME no procedió entonces, sin esperar a nadie ni a nada?
Las explicaciones del General, en algunos casos, también han sido faltas de profesionalidad, erráticas, contradictorias y poco convincentes.
A mi criterio una parte importante de la fuerza de socorro de la UME, permaneció en espera de un permiso que no necesitaban, demorando innecesariamente su despliegue en los momentos más álgidos de la emergencia.
Aunque hubieran necesitado un no sé qué puñetas de permiso, la desesperada situación de absoluto Estado de Necesidad entre la ciudadanía con personas aisladas por el agua, víctimas mortales y desaparecidos, hubiera justificado un despliegue radical e inmediato con todos los recursos disponibles. Despliegue que como he consignado, puede hacerse legalmente. Nada más nos faltaría.
No existía la UME y nunca se ha necesitado permiso de nadie para socorrer víctimas. El socorro en emergencia es un obligación para los militares .
Misiones de las FAS 15.3:
«Las Fuerzas Armadas, junto con las Instituciones del Estado y las Administraciones públicas, deben preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos en los supuestos de grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras necesidades públicas, conforme a lo establecido en la legislación vigente».
Es un absurdo que la UME deba ser autorizada por el Ministerio de Defensa para poder intervenir, cuando su entorno operativo es propio del área de responsabilidad del Ministerio del Interior a través de la Dirección General de Protección Civil.
Por lo tanto, al igual que la Guardia Civil, la UME debe depender del Ministerio de Interior a nivel operacional y del Ministerio de Defensa a nivel administrativo y organizativo.
Esto ya eliminaría un escalón absolutamente absurdo y operacionalmente inadmisible.
RESUMEN DE ASPECTOS DE MEJORA
PRIMERO-Mejora en la Predicción y Aviso Temprano
La prevención es fundamental. Con mejores sistemas de alerta, se pueden evitar muchas muertes y daños.
Competencias: Servicios meteorológicos a nivel nacional (AEMET) y CONFEDERACIONES HIDROGRÁFICAS en coordinación con las comunidades autónomas para emitir avisos precoces, efectivos y claros.
SEGUNDO-Coordinación entre Administraciones
Una respuesta rápida y eficaz depende de cómo se coordinen las diferentes administraciones. Esto ayuda a que todos estén en la misma sintonía.
Competencias: Gobiernos autonómicos y central deben tener protocolos claros de comunicación y trabajo conjunto.
TERCERO:Planificación de Evacuaciones
Tener previsto un plan claro, concreto y eficaz de evacuación por calles y zonas inundables en caso de riadas, puede salvar vidas. Esto incluye rutas, puntos de encuentro y transporte hasta lugares seguros.
Competencias: Las comunidades autónomas y los municipios deben desarrollar planes específicos según el riesgo en su territorio, en coordinación con la administración central.
CUARTO:Educación y Concienciación de la Población
La gente debe saber cómo actuar antes, durante y después de una emergencia. Esto reduce el pánico y mejora la respuesta individual.
Competencias: Las comunidades autónomas pueden implementar campañas de educación e información sobre el riesgo de inundaciones y otros desastres naturales en los cursos de la ESO y la FP.
QUINTO-Infraestructura Resiliente
Invertir en infraestructuras capaces de soportar la acción del agua: Presas, embalses, drenajes, canalizaciones y diques. Construcciones que siendo respetuosas con el medio amiente todo lo posible, regulen, refrenen y reutilicen las aguas en crecidas e inundaciones, previene daños a largo plazo.
Competencias: Las administración central y la administración autonómica deben trabajar en la planificación, ejecución y mantenimiento de estas infraestructuras hidráulicas de laminación de avenidas.
SEXTO-Capacitación de Equipos de Respuesta
Equipos de emergencia bien entrenados pueden responder mejor y más rápido a situaciones críticas.
Competencias: Administraciones locales y comunidades autónomas deben realizar simulacros y entrenamientos continuos y periódicos. Anualmente estos ejercicios implicarán la intervención del Estado en su ejecución simulando una situación operativa de tercer nivel
SEPTIMO-Evaluación y Retroalimentación Post-Emergencia
Aprender de cada crisis ayuda a mejorar en futuras emergencias. Es vital entrar a conocer qué funcionó y qué no en cada emergencia.
Competencias: Tanto el gobierno central como las comunidades autónomas deben realizar análisis tras la emergencia para implementar mejoras. Ello es imposible sin asumir primero todos los errores cometidos.
CONCLUSIÓN FINAL
El desastre ocurrido merece una investigación técnica rigurosa y una inmediata corrección de errores en la gestión de emergencias en todos los niveles políticos y técnicos Gubernamentales y Autonómicos.
Hay cargos públicos de las administraciones implicadas del Gobierno y la Comunidad Autónoma de Valencia que deben presentar primero su disculpa y su dimisión irrevocable inmediatamente después.
La reconstrucción se puede llevar a cabo con otros liderazgos.
Hágannos el favor. De verdad. Todas las personas que estaban en el CECOPI de la Agència Valenciana d' Emergències y todas las que no estaban en la Dirección General de Protección Civil del Ministerio del Interior y en el CENEM pueden irse a su casa.
Valencia, España, saldrá adelante sin Uds.
Lo ocurrido es un desastre ominoso sin paliativos que ha costado más de doscientas veinticinco vidas humanas y no debería volver a ocurrir jamás.
La Justicia, deberá delimitar todas las responsabilidades civiles y/o penales inherentes al caso.
Como referencia para Uds. cito dos emergencias próximas en el tiempo: lo sucedido con la DANA supera en víctimas mortales al accidente aéreo de Spanair de 20 de agosto de 2008 y a los salvajes atentados islamistas de 11 de marzo de 2004.
La diferencia es que en ambas situaciones nada de lo ocurrido, podía prevenirse
El enorme y preocupante malestar expresado por Bomberos, Policía Local, Guardia Civil, Policía Nacional, Operadores del 112 y otros servicios principales intervinientes es escandaloso y es indicativo muy importante de las graves carencias y errores detectados en la gestión de emergencia por DANA en la Comunitat Valenciana y en el Gobierno de España.
La credibilidad del Gobierno de España y la del Gobierno de Valencia no existe. Los ciudadanos se sienten desprotegidos y abandonados a su suerte.
Es de desear que se proceda a esclarecer absolutamente el papel que cada organismo, cada directivo y cada entidad jugaron el día 29 de octubre.
LO QUE LA LEY DICE. CORPUS LEGAL INDISPENSABLE
Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil en especial lo previsto en emergencias de interés nacional art.28.
Resolución de 31 de enero de 1995, Directriz Básica de Planificación de Protección Civil ante el Riesgo de Inundaciones en especial lo dispuesto en el punto 2.5 Definición de fases y situaciones para la gestión de emergencias y 3. estructura general de la planificación de protección civil ante el riesgo de inundaciones 3.1 Características básicas
Real Decreto 524/2023, de 20 de junio, por el que se aprueba la Norma Básica de Protección Civil. Atención al art.7 Estructura y Contenido, Operatividad del Plan
Ley 36/2015, de 28 de septiembre, de Seguridad Nacional. Siendo de especial interés los artículos del Título Tercero.
*Protocolo de la Unidad Militar de Emergencias. Ver Actuaciones Operativas
art 4. Puntos 3,5,6
Constitución Española. Ver art.116.2
Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de los estados de alarma, excepción y sitio
A tenor de la información, -toda procedente de fuentes abiertas- obtenida en esta investigación, se consideran personas de interés para el esclarecimiento de lo acontecido en la gestión de la emergencia por inundaciones en Valencia, las siguientes:
Sr. Carlos Arturo Mazón Guixot, Presidente de la Generalitat Valenciana
Sra. Salomé Pradas Ten, Consellera de Justicia e Interior
Sr. Emilio Argüeso Torres, Secretario de Emergencias
Sr. Pedro Sánchez Pérez-Castejón, Presidente del Gobierno
Sra. Pilar Bernabé García, Delegada del Gobierno en Valencia
Sra. María José Rallo del Olmo, Directora de la AEMET
Sr. Fernando Grande Marlaska, Ministro del Interior
Sr. Francisco José Ruiz Boada, Director General de Protección Civil
Sra. María Margarita Robles Fernández, Ministra de Defensa
Sr. Francisco Javier Marcos Izquierdo, General Jefe de la UME
Sra. María Teresa Rivera, Ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico
Sr. Miguel Pollo Ceballán, Presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar
CONSIDERACIONES A LA LUZ DE LO OCURRIDO
Se hace necesaria de una vez por todas una Ley Orgánica de Emergencias que ponga orden a todas estas situaciones de vacíos inadmisibles, las excesivas fuentes de derecho, ambiguas a veces contradictorias y la poca claridad normativa y procedimental que hoy rigen frente a una emergencia de gran calado.
El caos legal y normativo es sobre el terreno el caos operacional.
Es necesario armonizar de manera urgente el funcionamiento de los diferentes procedimientos que rigen en las Comunidades Autónomas y Forales que tienen trasferidas competencias en materia de Emergencias y Protección Civil entre sí y con el Estado Español.
Es preciso catalogar todos y cada uno de los recursos humanos y materiales públicos y privados que pueden ser de utilidad en emergencias de diferentes tipos. Ese catálogo NO existe.
Es preciso crear silos de emergencia a nivel municipal en dónde exista un stock básico de ropa, alimentos, alimentos infantiles, agua potable, fármacos comunes, material de higiene, material de autoprotección básico y su stock debe ser perfectamente mantenido y permanecer actualizado
La prevención, la cultura de la emergencia en la población civil y la inversión en infraestructuras, equipos para la prevención absolutamente profesionalizados y la eficaz respuesta a la emergencia son una transformación clave.
La terrible e irreparablle pérdida de vidas humanas acontecida en las Comunidades Autónomas de Valencia, Castilla-La Mancha y Andalucía deberían marcar un punto de inflexión en materia de emergencias y su gestión.
Las pérdidas materiales ocasionadas por la DANA son multimillonarias y tendrán un efecto lesivo prolongado en el tiempo en toda la región valenciana y en toda España. El desastre económico que acarrea una gestión y una respuesta ineficaz frente a una emergencia es enorme. Las cifras que deja la DANA en Valencia resultan impactantes.
Yo no quiero, ni puedo mirar hacia otro lado.
Creo que ahora mis queridos lectores ya tienen información para formarse una opinión a respecto.
Dedico esta serie de tres artículos a todas las personas afectadas por la DANA.
También a esos Policías Locales, Policías Nacionales, Guardias Civiles, Bomberos, Sanitarios, Soldados, Tripulaciones de Helicópteros, Operadores del 112, Operarios de diferentes Organismos, Técnicos y simples ciudadanos que, en las primeras horas, hicieron frente a la amenaza del agua desenfrenada y al caos.
Lo hicieron con eficacia y arrojo, salvando muchas vidas con riesgo de la propia. Muchas personas están hoy con vida gracias a ese esfuerzo ímprobo que nunca se agradecerá lo suficiente.
También lo dedico a todos esos voluntarios que han asombrado al mundo movilizados espontáneamente, ante el absoluto fracaso del Estado con los pies de barro, que desapareció, cuando más se le necesitaba.
Se han movilizado sin esperar ni obedecer a nadie más que a su altruismo.
Han demostrado ser una fuerza imprescindible en medio del desastre y ser un referente para todos con sus valores morales y su humanitarismo.
Si el Estado «se borra» en una catástrofe. «El pueblo, salva al pueblo».
Entonces estamos al cabo de la calle. Aquí sobran muchos cargos y sueldos públicos.
Los responsables políticos, deberían aprender de todos esos voluntarios y también saber guiar y liderar todo ese capital humano de altruismo, procurarles formación básica en situaciones de emergencia, creando estructuras de voluntariado de protección Civil en todos los ayuntamientos de España.
También doy las gracias a todas aquellas ciudadanos extranjeros, entidades, empresas y profesionales que han venido desde varios países a ayudar en esta catástrofe.
Gracias a todos y a todas.
Muchas gracias a mis lectores por acompañarme hasta aquí y por pedirme mi criterio y mi verdad. Deseo que esta serie de artículos, les sea útil para extraer sus propias conclusiones.
«Todos los Estados bien gobernados y todos los príncipes inteligentes han tenido cuidado de no reducir a la nobleza a la desesperación, ni al pueblo al descontento».